sábado, 21 de diciembre de 2013

Desahogo...

Entonces me encuentro aquí...sentada frente a mis fracasos y victorias, observando hacia el abismo y la inmensidad; y entonces me doy cuenta de que se han desgastado demasiado mis sonrisas, y que estos ojos se han quebrado en un débil llanto. Ha pasado demasiado tiempo y he vivido tantas cosas...quisiera simplemente creer que nada ha cambiado, tomar mi equipaje y seguir esa marcha constante de un destino un tanto incierto y una meta por cumplir, seguir con paso lento; al ritmo de mi corazón, paso por paso, segundo a segundo. Quisiera decir que nada me ha detenido, que sigo siendo la misma guerrera de hace unos años, mas las batallas han sido duras y largas. Se ha desgastado mi fuerza, mi energía y mi valor...jamás a dormido mi  deseo de luchar y seguir esta guerra con la frente bien en alto; pero es cierto que mis sueños se desgastan y mi cuerpo ha perdido su vitalidad. Pues se encuentran en mi alma esas cicatrices imposibles de borrar, esas heridas tan llenas de dolor y recuerdos en la oscuridad...recuerdos, que marcaron mi vida eternamente. Me he encontrado de pronto en la brecha entre mis sueños y mi realidad. He encontrado tantas razones para seguir adelante y tan pocas para renunciar...mas mi cuerpo parece detenerse; parece decirme que no puedo hacer más, que he encontrado mis limites y que no me será posible terminar la misión...Mis esfuerzos parecen poco, y mis ganas no son suficiente. Había creído que siempre sería indestructible al igual que mi sonrisa, que sería capaz de lograrlo todo y sería suficiente con el simple hecho de no rendirse y volver a empezar. Sin embargo existe esta nuestra realidad tan compleja y verdadera; y es por ella, que me duelen las caídas, esos fallos constantes e involuntarios que me dominan, esas decepciones del cansancio y la fatiga y aquellas mañanas de tempestad... Al mirar a mi alrededor, encuentro milagros y sueños cumplidos, y descubro tantos logros que mis anhelos quisieran hallar. Y entonces brotan mis lagrimas confundidas y desorientadas, surge mi soledad y la tristeza...no encuentro la respuesta a mis preguntas, no encuentro la razón de mis porqués. Entonces llega el miedo, ese miedo insensible e insistente, ese miedo de no conseguir aquello por lo que tanto he luchado, aquello por lo que me he esforzado y eso que siempre he soñado; mi meta, mi sentido, mi esperanza y mi fe.  Entonces recuerdo las palabras de mi padre...mientras me encontraba en cama, por ordenes del médico, me dijo dulcemente que debía fijarme bien al elegir a aquel que fuese a ser mi compañero, pues debía ser alguien que me amara hasta lo más profundo de su ser, alguien que me valorara como persona y mujer, pues solamente un hombre así, sería capaz de sobrellevar nuestra vida juntos con mi condición...Así es pues, el por qué de mi constante lucha, pues, aún cuando no he logrado todo lo que debería y quizá nunca pueda lograrlo...quiero ser amada hasta lo más profundo, quiero ganar el corazón de aquel hombre al que yo merezco, pues quizá no logre ser la mejor esposa, mas seré siempre alguien que le amará hasta la eternidad, que entregará, su alma y su vida...todo su corazón y su ser, porque eso, eso es el amor. Porque eso, es lo que yo soy  y eso, es lo que yo quiero entregar.

GiiniiZz!!!***

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